lunes, 28 de noviembre de 2011

HIJOS SANOS FISICA Y EMOCIONALMENTE




bebe madres
El vínculo con la madre dura toda la vida.
Una madre humana es una persona, y no resulta baladí recordarlo. Porque, por regla general, después de convertirse en madre lo de ser persona es solo algo secundario.  Las nuevas investigaciones hilan fino a la hora de detectar rasgos de caracter, aspectos físicos e incluso enfermedades de tu vida de adulto condicionados por las madres; a veces, y para mayor sorpresa, sin que tenga nada que ver la herencia genética; la madre tiene para sus hijos argumentos aún más poderosos, como los hábitos, la cultura y el ambiente que les dispone, ( por esto es necesario que el entorno este libre de agresion y el padre debe tomar conciencia que la no violencia a la mujer debe persistir en primer lugar por el derecho humano de la mujer y si, tambien  en primer lugar por los rasgos de caracter que se pueden inculcar en los hijos)*
El origen de la fragilidad Parece también que cuanto más bella la madre, más hermoso el hijo. Al menos, belleza emocional, que no es poco. La psicóloga argentina Ana María Daskal, autora de Permiso para quererme, resalta la influencia que ejerce la mujer en la autoestima de su prole: tienen mejor percepción de sí mismos y mayor confianza quienes mejores consejos maternos recibieron en su infancia (claro esta, siempre y cuando el padre haga lo mismo y no lo contrario, tanto en sus dichos como en sus hechos)*. Esta valoración incluye tanto la apariencia física como sus capacidades y recursos. "Los individuos", dice, "empezamos a construir nuestra identidad con los mensajes que nos transmiten nuestras personas más cercanas. Tal reconocimiento es una necesidad que permanece durante muchos años".
La psicóloga Cecilia Pérez-Mínguez, pionera en España en las técnicas de observación de bebés y autora de No decía palabras, insiste en LA IMPORTANCIA DEL CONTACTO Y LA PRESENCIA DEL PADRE Y DE LA MADRE  para despertar todo el potencial humano y contribuir a su bienestar y desarrollo físico, intelectual, emocional y moral. "Desde las primeras horas de vida es extraordinario el efecto del contacto con la piel,  que le habla y le transmite su olor familiar." UNA FALLA  en este período puede ser el brote de un individuo conflictivo y extremadamente frágil. "La naturaleza, no obstante, dota al ser humano de una segunda oportunidad: LA ADOLESCENCIA. Es la última ocasiónPARA COLMAR EL HAMBRE EMOCIONAL que puede arrastrar nuestro hijo y de reparar actitudes si no queremos tener bebés de 80 años que continúan esperando ese sustento."
En realidad, el legado materno se remonta hasta el minuto cero de nuestra existencia intrauterina. Ahí, el feto vive su particular Matrix, anticipándose a lo que será su vida futura.
 David Barker, investigador de la Universidad británica de Southampton, descubrió que muchas patologías propias de la vejez y vinculadas hasta ahora con malos hábitos, como los trastornos cardiovasculares, la osteoporosis, la obesidad y la diabetes II, pueden empezar a gestarse en la etapa prenatal. Son más frecuentes si el útero carece de nutrientes, o el recién nacido está mal alimentado, o sufre una infección durante los primeros años de vida. Un feto mal nutrido sobrevive a costa de su cerebro y su corazón, dejando desamparados el resto de los órganos vitales que empiezan a formarse. Aparentemente, el niño nace saludable, pero arrastrará estas carencias el resto de su vida.
Barker indagó en archivos y hospitales de todo Reino Unido la infancia de adultos con enfermedades crónicas. Los niños con bajo peso al nacer o durante su primer año presentaban con más frecuencia en la edad adulta alta presión sanguínea y las patologías citadas anteriormente.
Los biólogos Peter Gluckman y Hanson Marcos lo resumen en su libro The fetal Matrix: "Ya no es posible ver el embrión o el feto como la etapa larval de desarrollo humano. "DURANTE LOS NUEVE MESES QUE PASAMOS EN EL UTERO, NUESTRO ORGANISMO SE PROGRAMA PARA LA VIDA.", explicó Gluckman durante la exposición de sus hipótesis en la Sociedad DOHaD, una entidad que promueve el desarrollo de las investigaciones para conocer el origen temprano de las principales patologías que afectan a la Humanidad.
Tranquila, mamá
Hasta la matriz llega también EL FACTOR EMOCIONAL Y DEJA YA EL SEDIMENTO DE SU FUTURA PERSONALIDAD.  Episodios como el 11-S provocaron una subida brutal de los niveles de cortisol en las mujeres embarazadas, debido a su ansiedad. Esta hormona atraviesa la placenta e interfiere negativamente en el desarrollo cerebral. Aquellos bebés son hoy niños con mayor riesgo de hiperactividad, déficit de atención y problemas de conducta.
Por el contrario, los cuidados postnatales y el amor  durante la primera infancia proporcionan una potente protección contra estos riesgos, según un artículo online publicado en la revista Biological Psychiatry, porque pueden burlar los efectos de la hormona del estrés.
 Un equipo de la Universidad de Navarra, dirigido por la catedrática de Bioquímica Natalia López Moratalla, siguió la actividad cerebral de una madre durante su embarazo para tratar de explicar cómo arranca y evoluciona el vínculo afectivo. Lejos de interpretar la llegada del embrión como algo no propio, el organismo desactiva de inmediato todas las células que generarían rechazo a lo extraño. Poco a poco, sus órganos asimilan células del feto gestante que ayudan a regenerar su cuerpo y emerge en el cerebro materno el primer vínculo de apego con el bebé. Pasados 15 días, el cerebro inicia la liberación de oxitocina, hormona con efecto sedante que aporta a la madre confianza para llevar su embarazo con éxito.
 Padre, Madre e hijo inician un diálogo que madurará durante los nueve meses de gestación y en los primeros años. Esta interacción se expresa con un repertorio de conductas que permitirán al bebé su adaptación social y la adquisición de destrezas, habilidades y conocimientos en su vida.
*notas del blog