miércoles, 28 de diciembre de 2011

DIA DE LOS SANTOS INOCENTES


En la octava de Navidad, la Iglesia celebra a los niños inocentes que murieron por Cristo, su gloria será eterna. Las madres padecieron por un tiempo, ahora comparten el triunfo.
San Mateo afirma que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: “Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen” (Jer. 31, 15).
En nuestro tiempo continúa la masacre de inocentes. Millones son masacrados por el aborto, millones más mueren abandonados al hambre

ORIGEN DEL RELATO DE LOS SANTOS INOCENTES
Según señala el Evangelio de San Mateo, Herodes llamó a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba a nacer el rey de Israel, al que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: “Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: “Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel” (Miq. 5, 1).
Entonces Herodes se propuso averiguar exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo dijo a los Reyes Magos: – “Vayan y averiguen acerca de ese niño, cuando lo encuentren regresan y me lo informan, para ir yo también a adorarlo”. Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.
En sueños recibieron el aviso divino de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido.
Entonces Herodes rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y mandó a sus soldados a que mataran a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y sus alrededores.
Como el hombre propone y Dios dispone, sucedió que un ángel vino la noche anterior y avisó a José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así cuando llegaron los asesinos, ya no pudieron encontrar al niño que buscaban para matar.
Y aquellos niños inocentes, volaron al cielo a recibir el premio de las almas que no tienen mancha y a orar por sus afligidos padres y pedir para ellos bendiciones. Y que rueguen también por nosotros, pobres y manchados que no somos nada inocentes sino muy necesitados del perdón de Dios.
La Liturgia Griega afirma que Herodes hizo matar a catorce mil varones, los sirios mencionan a sesenta y cuatro mil; muchos autores medievales a ciento cuarenta y cuatro mil. Los autores modernos reducen considerablemente el número, ya que Belén era una ciudad más bien pequeña. Knabenbauer los rebaja hasta quince o veinte, Bisping a diez o doce, Kellner a seis.
Esta crueldad de Herodes no ha sido mencionada por el historiador judío Flavio Josefo, aunque relata no pocas atrocidades cometidas por el rey durante los últimos años de su reinado. El número de estos niños era tan pequeño que este crimen aparece como insignificante entre los otros delitos cometidos por Herodes. Macrobius narra que cuando Augusto se enteró de que entre los varones de hasta dos años, el propio hijo de Herodes había sido también masacrado, exclamó: “Es mejor ser el cerdo de Herodes que su hijo” aludiendo a la ley judaica de no comer, y por consiguiente no matar cerdos..

La tradición popular lo ha convertido también en un día para gastar "bromas inocentes", o pedir dinero o cualquier otro articulo prestado. Se afirma "inocente palomita que te dejaste engañar, por ser dia de los inocentes, nada se debe prestar". Se supone que lo "prestado hoy ya no se regresa.